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Científicos de la empresa de tecnología médica neerlandesa Onward Medical han anunciado el desarrollo de un dispositivo que estimula los nervios espinales con pulsos eléctricos, logrando así una mejoría en pacientes con lesiones medulares graves.

El dispositivo, llamado Arc-Ex, fue probado por un equipo médico multinacional, el cual determinó que los pacientes que habían perdido el control de sus extremidades, tanto de forma parcial como total, recuperaron parte de la fuerza y la sensación al momento de someterse a la terapia de estimulación.

A pesar de que las mejoras no fueron grandes, los médicos y los propios pacientes elogiaron los resultados debido a los cambios en la calidad de vida.

“Ciertamente, puede facilitar el movimiento en las personas, incluyendo aquellas con pérdida total de movilidad”, aseguró Chet Moritz, profesor de la Universidad de Washington en Seattle. ,

“Estos beneficios son acumulativos con el tiempo, toda vez que combinamos la estimulación espinal con terapia física en las extremidades, por lo que dichos beneficios pueden persistir incluso cuando el estimulador está apagado”, agregó.

Cabe destacar que Arc-Ex no es implantable, sino que se usa externamente mediante electrodos colocados en la piel sobre la zona de la médula espinal que ha resultado afectada.

Los investigadores han descubierto que, a través de la estimulación eléctrica, los nervios que han permanecido intactos pueden continuar transportando señales. Por esta razón, es posible restablecer de forma parcial la comunicación entre el cerebro y la extremidad afectada. Es preciso resaltar que buena parte de los pacientes con lesiones graves de la médula espinal aún poseen nervios intactos que pasan por la zona lesionada.

Una de las pacientes experimentales, una periodista británica de 52 años llamada Melanie Reid, relató su mejoría luego de someterse a la prueba, que implicó dos meses de rehabilitación y otros dos meses de rehabilitación con estimulación. Reid perdió el control total de su mano izquierda como consecuencia de un accidente de equitación ocurrido en 2010.

“Ahora mi mano izquierda es mucho más fuerte. Puedo deslizar mi dedo izquierdo por un teléfono o una tableta, puedo soltarme el cinturón de seguridad, y también puedo volver a hacerme una cola en mi cabello, algo que antes era imposible”, explicó.

“Todo el mundo cree que al tener una lesión en la médula, lo único que uno quiere es volver a caminar. Pero, si uno es tetrapléjico, lo más importante es volver a trabajar con las manos. Aunque no existe una cura milagrosa para las lesiones de la columna, estos pequeños avances pueden cambiar la vida”, añadió.

El profesor Grégoire Courtine, uno de los autores del ensayo y cofundador de Onward Medical, se mostró esperanzado en los frutos del estudio, y aunque advierte que “esto no es una cura”, sí es probable que sea “el comienzo de un viaje que hace que la recuperación de una lesión en la columna sea algo realizable”.