La inflación en Estados Unidos aumentó más de lo esperado en agosto.
La inflación en Estados Unidos aumentó más de lo esperado en agosto, impulsada principalmente por la subida de los costos de vivienda y alimentos que hicieron contrapeso a la caída en los precios de la gasolina, según un informe publicado el martes por la Oficina de Estadísticas Laborales.
El índice de precios al consumidor (IPC), que engloba a una amplia franja de bienes y servicios, aumentó un 0.1% en agosto y un 8.3% en comparación con el mismo mes de 2021.
Los economistas esperaban que la inflación general más bien cayera un 0.1% y que la subyacente aumentara un 0.3%.
Los precios de la energía disminuyeron un 5% en el mes, liderados por una caída del 10.6% del costo de la gasolina. Sin embargo, esas disminuciones fueron compensadas por aumentos en otros renglones.
Por ejemplo, los alimentos se dispararon un 0.8% en agosto y los costos de vivienda, que representan alrededor de un tercio de la ponderación en el IPC, también se elevaron un 0.7% y son un 6.2% más caros que hace un año.
Asimismo, los servicios de atención médica también mostraron una gran ganancia, subiendo un 0.8 % en el mes y un 5.6 % desde agosto de 2021.
Después de conocerse la noticia, las acciones en los mercados se desplomaron y los futuros vinculados al índice industrial Dow Jones bajaron casi 350 puntos después de haber subido en jornadas anteriores.
Por estas razones, analistas como Mike Loewengart, de la firma Morgan Stanley, hacen un llamado a la prudencia. “La lectura del IPC de hoy es un claro recordatorio del largo camino que tenemos que recorrer hasta que la inflación vuelva a niveles normales”, indica Loewengart. . “Las expectativas ilusorias de que estamos en una trayectoria descendente y que la FED relajará sus medidas pueden haber sido un poco prematuras”, agrega el experto.
La economía estadounidense ha atravesado una serie de inconvenientes en 2022 después de que en 2021 registrase su mejor rendimiento desde 1984, y la inflación ha jugado sido un punto clave. El producto interno bruto se contrajo en cada uno de los dos primeros trimestres, cumpliendo así con la definición ampliamente aceptada de recesión, aunque todo apunta a que en el tercer trimestre registre un tímido crecimiento anualizado de solo 1.3%, según la Reserva Federal de Atlanta.
Por otro lado, los formuladores de políticas están preocupados por la enorme brecha entre las ofertas de trabajo y los trabajadores disponibles, ya que la participación en la fuerza laboral continúa en niveles inferiores a los vistos en los años previos a la pandemia. Esto ha resultado en un aumento de los salarios que, a su vez, ha ejercido presión sobre los precios.